Un año mas que acaba (Reflexiones 2014)

Estamos prácticamente terminando el 2014 y naturalmente estas fechas nos hacen a muchos reflexionar con mayor profundidad todo lo que vivimos en este año. Cosas buenas, cosas malas, cosas irrelevantes y de igual manera cosas que nos habrán marcado de por vida.

La vida es así, una montaña rusa de eventualidades, con una poderosa y concentrada mezcla de sensaciones y sentimientos que de no estar preparado para ellos, éstos pueden elevarte o hundirte. Nada mejor que iniciar el año sabiendo «dónde estamos».

Este año puedo decir que ha sido uno de los más difíciles de mi corta vida, uno de los más complejos, confusos y extraños que me había tocado vivir. Situaciones que, intentando controlarlas, se salieron de mi control. Situaciones que sin tratar de controlarlas, poco a poco fueron tomando su lugar. Situaciones que no entendía (que sigo si entender) el porqué habían sucedido de esa manera. Situaciones que me hicieron valorar lo mucho y poco que tengo.

Algunas veces, en ese afán de querer tenerlo todo, perdemos lo único que nos importaba, en ese afán de querer brillar solos, es la oscuridad la que termina emitiendo nuestra alma.

Y es en ese afán de querernos complementar que nos olvidamos de que siempre hemos sido seres completos, independientes, autosustentables, seres que buscamos compartir ese estado completo no para llenar huecos, sino para enriquecer almas.

Personalmente este año me enseñó a no forzar, a no suplicar que las cosas sean como yo quiero. Las cosas, las situaciones, las relaciones, la vida misma sólo es. Este año me dice que ya pasó lo peor y que el siguiente está lleno de buenas y extraordinarias oportunidades, me dice que dependerá de mi si quiero repetir el 2014 o si quiero un 2015 diferente, mejor, no solo para mi, sino para todos aquellos que me rodean y se preocupan por mi.

Este 2014 que se nos está escurriendo por entre los dedos nos hace reflexionar, nos hace reaccionar y lo mejor de todo, nos hace preguntarnos qué nos depara el próximo 2015. Eso depende de nosotros.

¡Felices fiestas!

Javier Nañez